Wabi-sabi
Según la leyenda japonesa, un joven llamado Sen No Rikyu quería aprender los métodos de la ceremonia del té japonesa. Acudió a un maestro famoso que puso a prueba al joven pidiéndole que cuidara el jardín.
Rikyu limpió los escombros y rastrilló el suelo hasta que estuvo perfecto, luego escudriñó el inmaculado jardín. Antes de presentar su obra al maestro, sacudió un cerezo, provocando que algunas flores cayeran al suelo al azar.
De hecho, Rikyu creó una idea que llegó a conocerse como wabi-sabi. Se trata de abrazar la simplicidad, la belleza natural y una sensación perfectamente imperfecta.
Stephen Covey decía: “lo bueno es enemigo de lo mejor”.
Artículo original: Wabi-sabi.