Hay dos señales reveladoras que he llegado a asociar con la pérdida de perspectiva. Ellas son:
Obsesionarme con cosas que escapan a mi control
Perder la capacidad de reírme de las circunstancias
Es sorprendente el impacto que pueden tener estos comportamientos. Juntos, pueden quitarnos la alegría y hacernos sentir estancados. Esto, a su vez, perpetúa aún más estos comportamientos. Antes de que nos demos cuenta, se convierten en hábitos.
Simplemente no del tipo bueno.
Cuando me encuentro atrapado en estos patrones de pensamiento, me doy cuenta de que la única salida es presionar el botón de “reset”. Se necesita tiempo y espacio para observar estos comportamientos, reconocerlos por lo que son y lo que nos están haciendo, e intentar resolver la causa raíz.
Artículo original: Losing perspective – two signs.
Los estoicos tienen un ejercicio para esto que se llama "la vista desde arriba" o la vista de Platón. El "reset" que comentas en la práctica es tomar distancia y tomar la perspectiva de un tercero.